viernes, 19 de enero de 2007

Reunión de Ancianos: Consejo de Ancianos sin Espíritu

¡Creo que cometí un desatino!!
El segundo en público… como aquella vez que dije “cogote” al aire en un programa de radio en Concepción. En esa oportunidad no entendía por qué todos a mi alrededor reían a todo pulmón y con inocencia miré a mis colegas locutoras para que continuarán el diálogo, pero ellas lloraban de risa, así que media ahogada (pues la risa se contagia) di paso a un tema musical.

En esta ocasión, después de mi intervención no hubo risas, sino más bien el silencio y rostros atontados, seguido de algunas miradas inquisidoras y discursos defensivos y, minutos más tarde, lavadas de mano a lo Pilatos y respaldos “off the record” (en otras palabras, tras bambalinas o entre nosotros).

El escenario, la Unión Comunal de Juntas de Vecinos; los principales actores, los consejeros territoriales y secretarios de actas y finanzas respectivos; por supuesto, protagonistas sólo hasta el arribo del señor Alcalde y su séquito de asesores, quienes iban a informar y responder ante el Consejo Territorial (el 17 de enero de 2007) sobre el estado de los proyectos participativos del 2005 y cómo se procedería con los que ganaron el 2006.

Mi asistencia respondía a la invitación hecha por el consejero del Territorio 13 (al que creo que le negarán definitivamente esa prerrogativa) y, después de meditarlo bastante, asistí al citado Consejo por segunda vez. Consejo que representa, para los que no saben, a toda la comunidad talquina (o eso pretende) y, puedo asegurar sin temor a equivocarme, que la mayoría de la población no sabe lo qué ocurre, hablan y deciden los dirigentes de la comuna en su nombre en esas sesiones.

Primera escena, debates sobre qué es una comisión, su función, integrantes voluntarios y designados, capacidad investigativa, comisión esto, comisión aquello. Dirigentes discutiendo, “por su vida”, sobre cuál es el rol de una comisión. ¿Pensé que ya lo sabrían a estas alturas?; en fin, la canción “Yo, opino” (de 31 Minutos) ilustra el resultado de ese debate.

Gracias a Dios llegó el Alcalde, “atrasado por los compromisos adquiridos con anterioridad”, para acabar con tanta palabrería competitiva. ¡¿Es extraño?¡, quienes momentos antes tenían palabras huyendo de la boca, como peces de una red, ante la autoridad unos no se atrevieron a manifestar su molestia, otros se deshicieron en halagos como si su futuro trabajo dependiera de ello (¿será así?), mientras otros se abstuvieron por falta de datos, inexperiencia o indiferencia. Tuve la impresión que el Alcalde poseía un campo de fuerza que inhibió la osadía manifestada por los asistentes minutos antes de su llegada.

A mi me sorprendió el informe tardío del estado de ejecución de los proyectos participativos 2005; que hubiera sedes a medio construir, sin puertas, agua, luz y/o baños; puentes peligrosos con necesidad de mallas protectoras que requieren de más recursos para su rehabilitación; que los proyectos fueran licitados; que los recursos necesarios para terminar algunos proyectos no se ajustaran al monto por el que se postuló, como si la etapa de evaluación de los proyectos nunca hubiese existido, etc., etc., etc.

Por otro lado, a la autoridad principal de Talca le sorprendió que yo señalara (por su cara de duda) que a nosotros nunca nos dijeron que se licitarían los proyectos sino que se podría contratar a maestros y técnicos de los territorios; si Vía Profesionales continuaría asesorando, pues lo hizo mal (mala gestión = problemas; organismo inexperto=problemas); que los representantes municipales debían asesorar a las mesas ejecutivas para acabar con los dirigentes “que no dirigen a nadie” lo que evitaría conflictos de disidencia en los territorios y “atropellos” a los verdaderos dirigentes.

Para su tranquilidad, señor Alcalde, cuando de mis labios escaparon las frases “faltan cojones”…“para tomar ciertas decisiones” al término de mis preguntas, no me dirigía precisamente a usted (pero como dice la jerga popular “a quién le quede el sombrero que se lo ponga”), sino a todos aquellos asistentes (moros y cristianos, autoridades y civiles) que conocen a los falsos dirigentes y que por “misteriosas” razones no hacen nada más que ignorarlos, cuando tienen valor para ello.

“A nosotros no nos corresponde intervenir” dicen todos los políticos de la “Asociación Pilatos”, señor Alcalde. A la DIDECO le corresponde responder ante la solicitud de ayuda de los dirigentes cuando sus derechos son vulnerados, como asimismo debe responder a las cartas de denuncia que duermen archivadas (todavía espero la respuesta de una), fiscalizar la vigencia de las organizaciones para no permitir que las personas roben con personalidad jurídica o durante sus respectivos gobiernos vecinales.

Consejos para el Alcalde: no sólo debe oír a los dirigentes, sino que a los funcionarios y técnicos municipales para que ésta y futuras iniciativas de participación ciudadana resulten sin retrasos y sean correctamente ejecutadas; más vale un “período querido” que dos que lamentar.

Consejos para los municipales: sea funcionario público, no sólo viva por el sueldo y el reconocimiento político de sus pares politiqueros; trabaje con los dirigentes, no se esconda en “trámites bancarios”; juéguesela por una comuna más grata donde vivir.

Consejos para los dirigentes del Consejo: ayuden "todos juntos" a resolver los problemas de cada colega, no peleen sólo por salvar el pellejo propio; no queremos división y politiqueos, queremos unión y compromiso comunal; los funcionarios públicos trabajan para la comunidad, no es necesario tanto halago; no todo es regalado, se debe trabajar también por lo que se quiere; reconozca cuando se equivoca y de crédito al conocimiento de quienes se quemaron las pestañas estudiando.

Consejo para el autor de este artículo: piense bien antes de hablar, pues no todos entienden las metáforas.

Romy Bernal Díaz
Presidenta Centro Cultural Kuraf Werken
Periodista

NOTA:
Intervine al final del informe alcaldicio, pero el tiempo normado por “los compromisos adquiridos con anterioridad” permitió la respuesta de una sola pregunta... ¿casualidad?

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